miércoles, 28 de noviembre de 2007

Ñam Ñam Ñavidad

Queridos:
Aquí en Madrid ya estamos con la machaca de la ñam ñam ñavidad. Lo que decía el otro día con las hormigas. Todo ha subido tanto... (y más que subirá) que me he comprado una escalera (ahora es el momento) para ver las cosas desde arriba, con perspectiva.
Por ahí abajo las angulas están a 1 300 €. Por aquí arriba hace mucho frío. Estoy solo y me siento como un niño desamparado. Por ahí abajo los asados subirán un 20 %. Por aquí arriba me sube el calorcito que se disipa entre las estrellas. Da igual, soy vegetariano. Solo como jamón, eso sí, de bellota. Tutanjamón.
Muchas cosas se nos suben en ñavidad. Es la ñam ñam global.

¿Qué celebramos?

Que fuimos niños una vez, hace mucho tiempo. Y lo tuvimos todo en nuestras manos. Por eso nos emborrachamos y le hacemos un guiño al dios ñam.
Entonces, el ñam ñam era diferente. La inocencia no tenía límites y yo todavía no había leído La república de Platón y no sabía que, en realidad, se llamaba Aristocles. Ahora casi todos esperamos que a nuestro jefe le den por el ñam (bueno, esto es históricamente universal); que mi divorcio vaya ñam; mi hipoteca ñam... Y a los políticos les den mucho por el ñam (olvídate).
Desde aquí arriba solo ves el camino que se ha torcido. El frío intenso me recuerda que una vez tuve memoria y que, entonces, cuando la ñavidad no era ñam, todo era posible.
Había una luz que te permitía leer cierto mensaje secreto... Prometedme una cosa: estas ñamñavidades, parad un momento, en mitad del fragor de la batalla, y preguntaos: ¿Cuál era el mensaje que leí en mi niñez? Si es que hubo alguno. Y luego seguid con el rito.
Aquí arriba hace frío y ves lo que tienes delante, en lontananza... Queda mucho camino. Pero, creedme, no hay nada en el horizonte que no soñaras cuando eras niño, ¿recuerdas?
Si no podéis verlo ya habéis superado los límites de la inocencia y estáis mucho más muertos de lo que creéis.
Querrás hablar contigo mismo, pero hay demasiado ruido, o demasiada soledad. Has perdido el contacto.
Esto es un koan impuesto por la ñam ñam ñavidad y todo lo que ello significa.

Saludos y parabienes

Xavier de Tusalle

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que texto lindo! Yo en Navidad siempre me viene en la cabeza recuerdos por los sentidos, principalmente olfativos...me acuerdo de mi abuela portuguesa que cocinaba bacalao en Navidad en mi niñez...entonces cuando siento el olor siento una mezcla de añoranza y un poco de tristeza.
Navidad es tiempo de recordar muchas cosas para mi,

besos!! volveré siempre!

Anónimo dijo...

Ñola!
soy espaÑola!
;)