martes, 18 de diciembre de 2007

Alma rota

Lógica inaudible


El alma rota no atiende la llamada de la lógica ni pide explicaciones al sentido común.
Sencillamente, se ha roto.
Deja que cante al atardecer y libere sus tensiones; mejor que el cántaro de miel amarga cree sus propios afluentes hacia el río que se lleva la vida.
El océano debe estar esperando en algún lugar de la ausencia, se le oye rugir hacia el horizonte, muy lejos; donde nacen los espejos y se crean las diferencias.
Yo también querría que todo fuera perfecto, y vibrar con la ilusión de una feliz sorpresa. Pero me temo que he caído en las garras del olvido y debo pagar el precio por el equívoco.
Sencillamente, se ha roto.
Pero el trovador no cesa en el diseño de mapas significativos sin verse obligado a contener la tormenta.
Lo sé desde el momento en que la inteligencia empezó a engañarme con su veloz sonrisa. Te toma como un niño girando hacia el otro lado. Y luego se vuelve del revés.
Por eso flotamos en el ángulo obtuso.
Pero busca una explicación en la historiografía de las cosas. Pide el remedio en la boutique de los hombres sabios que gestan el gobierno al uso, o demanda la suavidad de los vértices religiosos.
El imperativo es el silencio y la desolación la marca del gobierno.
El engaño es tan sutil que casi todos creemos vivir en la certeza.
Me río de la ingenuidad de mis amigos sabiendo que ellos se ríen de mi pretendida ingenuidad y benevolencia.
Pero solo el agua es benevolente, y la tormenta, aunque tenga que hablar fuerte el rayo y declarar con rigor su luz el relámpago.
Todos son impostores de la misma esencia inmóvil.
Sencillamente, se ha roto, y no hay que darle más vueltas.
Si te entregas al devenir de tu alma solitaria volverás al ciclo de Heráclito, harás la ronda de Empédocles y acabarás buscando a Hermes, que fue tres veces grande, según rezan las entelequias.
No asientes tu culo en un tonel de manzanas ni busques a los dioses siguiendo el cometido de Diógenes. Eres un cínico por naturaleza, aunque busques hermosas metáforas en el cuerpo inodoro de tu promiscuidad.
Y el embrujo de la música se lo llevó el viento hurgando en la niebla del sonido primordial. De ahí surgió todo el misterio y toda la indecencia.
Yo solo busco el silencio, no necesito el consejo de las voces que ya han sido sometidas jugando con la vacuidad tanto tiempo atrás.
Casi siempre me doy la vuelta cuando tengo que ir hacia delante y suelo prometer mentiras demasiado viejas. Es un vicio espartano. Probablemente una ganancia pírrica o una estupidez proteica de esas que desmantela fácilmente la luz solar.
Suponiendo que nuestras gafas estén dispuestas a la ceguera.
Mejor me doy la vuelta y vuelvo hacia la nada.
El alma rota no atiende la llamada de la lógica ni pide explicaciones al sentido común.
Sencillamente, se ha roto.
Deja que cante al atardecer y libere sus tensiones; mejor que el cántaro de miel amarga cree sus propios afluentes hacia el río que se lleva la vida.
Yo también querría que todo fuera perfecto, y vibrar con la ilusión de una feliz sorpresa. Pero me temo que he caído en las garras del olvido y debo pagar el precio por el equívoco.
Es la lógica inaudible que quedó marcada profundamente en tus huellas.
Lo supe desde el momento en que la inteligencia empezó a engañarme con su veloz sonrisa. Me tomó como un niño girando hacia el otro lado. Y luego se volvió del revés.
Pero el alma ya estaba rota y yo, incomprensiblemente, empecé a escribir sobre la arenas de una playa ignota.
Todos son impostores de la misma esencia inmóvil.



Olvido, 9 de agosto de 2007



© Xavier de Tusalle

martes, 4 de diciembre de 2007

Sólo para locos (una pequeña broma nocturna)

Estaba de resaca de madrugada, así que empecé a sospechar. Me dije: "Estoy tan harto de ser tan bajo (sentido figurado) que me voy a comprar una escalera". Es lo que hice y exploré un poco más allá. Arriba sólo había telarañas y un grupo de hormigas muy bajitas que, al parecer, son necesitaban escaleras (sentido figurado).
Me quedé a vivir allí.
Hoy estoy harto de vivir tan alto y seguir siendo tan bajo y no necesitar escaleras (sentido figurado). Entonces, lo vi claro, soy un ser humano y, harto o bajo, nunca encontraré una escalera lo suficientemente versátil para eliminar cualquier sentido figurado. Sea como fuere uno es lo que es aunque siempre pretenda ser cualquier otra cosa y busque sentidos figurados en ese contexto tan poco ortodoxo que llamamos realidad. ¿La moraleja? ¡Joder! El alcohol te machaca las neuronas; pero eso no es lo peor. Lo peor es que tienes un netmail para contar a los amigos lejanos tus neuras. Eso sí, con mucho cariño. Por favor, no me escribáis diciendo que este portal es para otras cosas o tiene mejores utilidades. Lo creáis o no todos estamos dentro del mismo sueño.
Lo siento, prometo hacerme adicto al agua mineral.
Ya podéis seguir durmiendo.